lunes, 29 de agosto de 2011

29/8/11

Me quedé mirando el espejo fijamente; una chica pelirroja de ojos verdes me devolvía la mirada, estaba claro que era yo, pero tenía una expresión tan triste que a primera vista ni siquiera me reconocí.
-¿Estas lista Malena?
-No quiero hacer esto, no delante de todo el mundo- le dije a mi tío Miguel mientras me enjuagaba las lágrimas.
-Debes hacerlo Malena, es tu deber. Eres la princesa de La isla del Sur y eso conlleva responsabilidades.
-Pero merezco respeto e intimidad, mi padre no hubiera querido que hiciera esto Miguel!
-Tu padre no está aquí señorita Malena, y yo estoy al cargo de ti.
-Lo sé, y no lo mereces!
-No me hables de ese modo señorita, ese no es un comportamiento adecuado.
-Déjame en paz Miguel! No le necesito para vestirme.
Miguel salió de la habitación, él era la única persona de mi familia que todavía seguía con vida. Él se ocupaba de mí, puesto que mi padre había muerto hace dos día. Me puse el vestido negro y me dirigí hacia la habitación contigua, donde estaba la maquilladora. 
-Buenos días princesa Malena.- me saludó una mujer rubia y alta haciéndome una reverencia.
-Buenos días. 
-Se que es duro perder a alguien, pero tienes que ser fuerte.
-No es cualquier persona, es mi padre! Y no es mi deber desfilar delante de todo el mundo junto a el. Yo no quiero hacer esto!
-Malena, sabes que yo no puedo hacer nada para ayudarle.
-Lo sé, pero no aguantaré a mi tío más!
-Bueno, comencemos con el maquillaje.
Mientras la maquilladora me maquillaba y me peinaba, pensé en la forma de escaparme de aquel palacio sin que nadie me viese. Pensé en ir antes del funeral, pero no podía faltar al funeral de mi padre, debería hacerlo a la noche, mientras todos dormían.
-Estás preciosa Malena!- dijo la maquilladora inclinándose ante mi.
-Gracias, es usted muy amable.
Salí de la sala y me fui al jardín, donde esperaban mi tío y Jared, mi mayordomo.
-Buenos días señorita, está preparada?
-Si Jared, por mucho que no quiera hacerlo, no puedo abandonar a mi pueblo- debía actuar como si hubiese aceptado por fin lo que conllevaba ser una princesa.
-Así me gusta Malena, sabía que entrarías en razón.- dijo mi tío sonriendo. No podía creer que su hermano acabara de fallecer y él se mostrara tan alegre, era obvio que lo único que buscaba era fama.
No subimos es la limusina descapotable y comenzó la caminata hacia el cementerio donde todo el pueblo estaría esperando para compadecerme con sus flores. No deseaba que nadie se compadeciera de mí, yo solo quería un funeral normal, como el que hubiera querido tener mi padre. La gente me miraba, todos tenían una mirada triste, todos intentaban compadecerme con su mirada. Algunos gritaban frases y palabras de ánimo, otros llevaban pancartas en la que decía ''viva la princesa Malena'', ''animo Malena, sé fuerte'', ''Malena eres fuerte''... Odié todas y cada una de esas pancartas, yo no era fuerte, yo no quería ser una princesa, yo quería ser una chica normal. Me iría a vivir a la Isla del Norte, de ese modo podría tener una vida normal, en ese lugar nadie me reconocería solo necesitaba hablar con mi amigo Nico, el me ayudaría a escapar.
Acabó el desfile y llegamos al funeral, allí cada persona dijo algo por lo que había sido el rey para el, yo en cambio, dije lo que había sido mi padre para mí. Incluso mi tío lo llamó alteza, el siempre se dirigía a mi padre por Juanjo, no por alteza. Me parecía todo tan falso, tan irreal... La gente parecía alegrarse por la muerte de mi padre, todos sonreían, todos... menos yo. Yo no hablé mas que para dedicarle unas palabras a mi padre, no dije nada más en todo el día, no quería llorar, de esa manera, no cambiaría nada, lo mejor era guardar silencio.
Se hizo de noche, me acosté y le envié un mensaje a Nico, sabía que el estaría preparado para la huida, llevábamos preparando esto desde que mi padre empezó a enfermar, ya hacía un mes de eso y teníamos todo preparado, iríamos en el barco del abuelo de Nico hasta la Isla del Norte y luego iríamos a la casa de los padres de Nico. Nico vivía solo cerca del castillo, de manera que solo le llevaban dos minutos llegar al castillo, y él podría venir a buscarme en diez minutos. Solo tenía que esperar, yo ya estaba preparada, todo saldría bien. A partir de ese día, sería una chica normal.


2 comentarios:

Alexandra dijo...

me encanta tu blog,ya te sigo si quieres pásate por el mío http://elmunhecodetrapo.blogspot.com/

Paola dijo...

que3 chulo!!! lo has escrito tu?
es precioso! ^^
tengo intriga de si alfiunal se va...
espero que si, pobrecita :)
cambiando de tema tienes un premio en mi blog! :D psate ^^